

Y no entiendo a esa gente de vida radicalmente perfecta, de minutos y segundos perfectos, de piel sin lunares. No creo que exista esa existencia de piel limpia y sin mellas, no cuando mi piel se ha acidificado tanto, de tanto algodón y cuenta nueva, de tanta acetona que ha chupado en tan poco tiempo.
Cuántas putas veces quemándola hasta sacarla brillo y sin ningún resultado porque la tinta sigue ahí, porque me acerco peligrosamente a dejármela en carne viva.
No entiendo la sonrisa eterna y persistente de unos pocos, fingiendo que no les resbala la misma tormenta que al resto. No pido lamentos ni dramas, solo franqueza y sinceridad. Basta de cremas y maquillajes que traten de ocultar lo evidente.
No dejo de preguntarme cuánto tiempo llevamos así, y realmente importa una mierda, porque nada cambia. El tiempo vive paralelamente, contempla desde fuera como me empapa y me cala la tormenta, pero no se compadece, nunca lo ha hecho. Ni de mi,ni de nadie.
No dejo de preguntarme cuánto tiempo llevamos así, y realmente importa una mierda, porque nada cambia. El tiempo vive paralelamente, contempla desde fuera como me empapa y me cala la tormenta, pero no se compadece, nunca lo ha hecho. Ni de mi,ni de nadie.
4 comentarios:
Me gusta como escribes.
Voy a seguir paseando por tu blog.
Saludos blasianos.
Aquellos que se vanaglorian de una piel perfecta es porque no entienden que la vida la pinta de surcos y la dibuja de huellas, deja de frotarte, muestra orgullosa la piel que es como tu historia escrita en pergamino.
me encanto, las fotos sontuyas tmb?
besos!
Jejejeje, que mito esto, lo de eterno, y lo del tiempo, y lo del instante y lo de lo cierto...
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