viernes, 12 de diciembre de 2008

La de cosas que guarda uno en una vieja carpeta olvidada, plagada quizá de chorradas,de fotos de hace tanto años que ni te reconoces en ellas, de cosas escritas o...yo que sé. Pues bien, he encontrado algo que, no me pregunteis porqué, casi me hace llorar. Lo presenté al Certamen Literario del año pasado en el colegio(de ahí la decadencia del escrito) y aunque no esta muy.."trabajado", tenía mucho significado para mi en su momento. Asi que nada,aqui lo pongo quizá pues...no sé, simplemente por quitarle las telarañas y esa capa gris que lo mantenía ahí,desterrado.Lo llamé "Huellas de Barro".

Inspirada en: Cancer-My Chemical Romance

Disfrutad.

PD: Antes no se veía asi que....creo haberlo arreglado xD. Depende del ordenador... =S



Aferró firmemente su mano olvidando todo lo demás, recordando todo lo que juntos habían vivido hasta hacía apenas unas horas. Miró su rostro reflejado en el frío metal, la pintura negra de los ojos chorreaba por sus mejillas-coloradas de tanto llorar-y su expresión era de tristeza.

Besó de nuevo cada parte de su cuerpo inerte; su pómulo ya huesudo, sus labios fríos, su cabeza sin ningún cabello…así hasta acabar en sus manos ya esqueléticas y con cada vena marcada.

La muchacha era hermosa pero tenía un aspecto descuidado y las ojeras se le marcaban de forma exagerada.

Suspiró con disgusto mientras una lágrima de plomo caía por su mejilla y otras nuevas se asomaban a su lagrimal. Se tumbó en la camilla, a su lado, haciendo como si nada hubiera pasado, como si el tiempo no hubiese avanzado.

¿Puede el tiempo quitarte lo único que ansias? ¿Lo único que te da fuerzas para levantarte cada mañana?

Cerró los párpados cansados de tanto llorar mientras disfrutaba de la fría cercanía al joven.

<<-¿Cuándo te van a dar el alta?-preguntó ella poco consciente.

-No tardaré mucho en dejar esta habitación libre-contestó.

-¿Y nos iremos tú y yo juntos?-dijo fantaseando con estar a su lado siempre.

-Siempre estaremos juntos aunque no vayamos a ninguna parte o aunque alguno de los dos se vaya a algún lado-dijo clavando la mirada en ella.

-¿Qué quieres decir?-preguntó confusa.

-Nada importante-dijo él besándola con cariño el pelo.

Ella suspiró.En extraña ocasión había sido la mitad de feliz de lo que era en ese momento. >>

Pensar en cada conversación que habían tenido hizo que una sonrisa-que irradiaba dolor-asomase a su cara intentando contener un mar de lágrimas. Habían vivido tanto en tan poco tiempo…

Recordaba cada detalle, cada momento, cada conversación, cada sonrisa y cada beso dado.

<<-¿Sabes por qué no quiero besarte?-preguntó él incorporándose un poco más en la camilla-Porque la parte más dura de esto, es dejarte.

Le miró sonriente.

-No me vas a dejar- contestó ella segura de sí misma.

-Hace tiempo que cuento los días para irme-dijo con desánimo.

-No digas esas cosas, te pondrás bien-respondió acariciándole la cara>>

Se incorporó mientras se secaba los ojos con la manga dejándola húmeda y manchada.Un grupo de enfermeros se llevó al joven dejándola a ella sola en la fría habitación con las pertenencias de éste.Las cortinas ya raídas por el tiempo apenas dejaban la entrada de luz en la habitación. Ella, a pesar de la oscuridad, seguía ahí, inmóvil, esperándole a él. Suplicaba en susurros mientras lloraba y clavaba la vista donde estuvo el cuerpo del joven. Tenía la esperanza de que volviese, de que en realidad, nada hubiese pasado.

<< -Acaba de recibir la quimioterapia-respondió este a esa pregunta no formulada.

Ella entró a pesar de la advertencia.Se acercó a la camilla horrorizada por lo que veía. Se notaba cada costilla sobresalir de su caja torácica y los ojos más saltones que el resto de la cara. El cuerpo de aquel desconocido para ella, se movió y abrió los ojos lo más que pudo.

-¿Tienes cáncer?-preguntó con un hilo de voz, notando el acelerado bombeo de su corazón.

Él asintió a duras penas, avergonzado.Tras un largo silencio, consiguió pronunciar palabra.

-¿Por qué no me lo dijiste?-susurró dolida.

-No quiero que estés conmigo por pena-admitió él.

Ella se abalanzó a sus brazos, llorando.

-No llores, por favor-dijo él a su oreja.

Se sorbió los mocos y le agarró la mano con fuerza, transmitiéndole su apoyo sin necesidad de palabras>>

Dio la noche y la joven seguía ahí, sentada. Sus ojos no expresaban nada y a la vez expresaban todo. Se aferraba con fuerza al abrigo de su amado y a algunas pertenencias más que tenía en su regazo.

Finalmente, se levantó y, cubriéndose con el abrigo de éste, salió al exterior del hospital.

La noche era inhóspita y fría. La lluvia había empapado las calles y ahora también el pelo negro de la joven. Ésta, arrastrando el abrigo por el suelo, se columpiaba en un columpio del parque.

<<-Te quiero-susurró él con voz apagada antes de cerrar los ojos.

-Y yo a ti-murmuró ella en su piel reprimiendo el dolor que se apoderaba de su alma.

El pitido de la máquina cesó y con él, un grupo de médicos y enfermeros entraron en la habitación de forma precipitada,pero era tarde.>>

Ella se columpiaba sin cesar, disfrutando de las pequeñas gotas de lluvia que acariciaban su cara. En el fondo, sabía que esa gran distancia que les separaba, les había unido más que nunca. Y esa pequeña huella que él había dejado en su vida, no era una huella de barro…no; era una huella de cemento, de esas huellas tan indelebles que nada puede borrarlas.




No hay comentarios: