martes, 16 de febrero de 2010

BAJAS


Hoy mi innumerable ejército sufre bajas.
Hoy muere de ingenuidad, tiradoen el barro, este ejército que creía defender sus tierras y sus ideales. El contrincante avanza posiciones con tanques de mentiras y balas de falsas sonrisas, quema las tierras con llamas de desprecio e indeferencia y enrarece el aire con pólvora de confusión que dificulta la protección del fuerte.
Hoy, como dirigente de este mi ejército, me siento de luto;pero a la vez, siento como si me hubiesen herido de muerte con alguna de esas balas o algunos de esos tanques. Hoy no me siento más que una soldado herida, que no sabe dónde está el combate, que ha perdido de vista al resto de tropa. Siento que no peleo, que no tengo fuerzas para sostener un fusil ni para siquiera decidir si firmar el armisticio o no.
Me pican las decisiones,una en cada mano. Pero así es la batalla,¿no? Uno no sabe en quién confiar,no puede ni en su propio gobierno.
Yo hoy no sé si firmar la paz; confiar en ese combatiente que juega sus cartas bajo la mesa, que fingió un día ser de este ejército (y quien dice un día,dice trece años) y que apuñalaron y desgarraron lentamente a esta soldado.Eso o seguir defendiendo esta plaza con los pocos combatientes que me quedan en pie.
¿Existe en mí, de firmar, tal perdón?¿Se pueden perdonar traiciones semejantes?
No puedo evitar que se me atraganten esas palabras de paz, esas que hacen que las lágrimas resulten ácidas y que hacenn de mi cuerpo algo pútrido y muerto por dentro. Cada día que pasa más me calan los fragmentos de bala,oxidándose en mí y haciéndome menos persona.
Hoy la intuición no me dice nada y el corazón me lo dejé en una trinchera, así que por el momento, solo temporalmente, amainan los bombardeos y los disparos.

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Y si en estos días de confusión, en los que me miro al espejo y no me veo, te topas conmigo transeúnte perdida por las calles de Madrid, llámame;grítame y arrástrame de nuevo al espejo. Hace días que miro estos ojos negros y no me localizo. Y yo es que ya no sé si poner carteles o esperar sentada aquí,a oír las llaves en la puerta.

FOTO:De la primera guerra mundial.
Escucho: Seaside, The Kooks

4 comentarios:

Susurros en el silencio dijo...

Ay... precisamente estoy dando la Primera Guerra Mundial en historia! jeje
Supongo que muchos sufrimos de vez en cuando bajas en nuestro ejército; soldados que resultan ser lo que creías que no eran... Firmar la paz a mí me resulta bastnte difícil la verdad.... puedo perdoanr, pero no olvidar con facilidad... =S
Besos! =)

mandy dijo...

ay...
Adoro como escribes, la verdad.
Me has transmitido tanto sentimiento con este escrito que estoy sin palabras.
Me ha gustado mucho

Hollie A. Deschanel dijo...

Me ha gustado este texto, y la foto :)

ChicaGuau dijo...

Yo en el instituto he acabado la Primera Guerra Mundial.
Tantos errores de parte de todos..
¡Un beso enorme! :3