lunes, 22 de febrero de 2010

CAJA DE ZAPATOS.


Hoy, Mk ha sacado los recuerdos que una vez hace años escondió en una caja de zapatos. Lo cierto es que por entonces no sobraba espacio y la caja estaba prácticamente llena. Cada vez que trataba de cerrar la caja le llevaba unos minutos, ya que cuando ejercía presión en un punto, por otro se levantaba. Era su cerebro y agilidad mental contra el exasperante mecanismo de la caja.
Siempre pensó que sería como en esas películas en las que volver a sacar la caja veinte años después es equivalente a encontrar un tesoro y, que al abrirla, los recuerdos masajearían su corazón, haciéndola alguien completa y feliz. Porque,¿Los recuerdos son eso,no? fragmentos de uno mismo que tienen su forma y que encajan o dejan de encajar en los puzzles de la vida,del momento.

Mk ha sacado la caja de zapatos que escondió en un falso suelo y, pasando la mano, le ha quitado el polvo que se adhería al enmohecido y húmedo cartón. Fue como el desenlace de una película de misterio, cuando esperas que en la caja haya algo totalmente inesperado. Al abrirla, un vapor cálido y hogareño ha salido de la caja y ha intentado filtrarse por los orificios nasales de Mk, que reaccionando rápidamente, se ha tapado la nariz. Detesta ese olor tan adictivo y que tanto echa de menos. Sus manos tiemblan cuando siente el áspero papel de las cartas, húmedas y fechadas tiempo atrás; sus ojos se nublan en lágrimas cuando mira esas fotos y no se reconoce, cuando no les reconoce. Encuentra también sentimientos que una vez empaquetó al vacío y que creyó dejar atrás, desterrándolos en esa bolsa, pero que parece ser no ha sido así.
Mk se ríe, o eso cree porque realmente no suena a risa.No, no llora de risa.Retira sin piedad las lágrimas que recorren a su antojo su cara, frotándose el rostro con las largas mangas del jersey. Tras un breve lapso de tiempo cierra la caja de golpe, se cerciora de que no saldrá de nuevo, y la precinta para desterrarla de nuevo puede que de por vida.

Lo que Mk no sabe es que esa caja es como la de Pandora:una vez abierta, de nada sirve cerrarla porque ya han salido todos los males...
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Tengo una débil idea que pulula por mi mente; idea a la que no puedo atrapar, pero que la sigo de cerca. Es como el Correcaminos y el Coyote, solo que espero conseguir, por una vez, alcanzar al Correcaminos. No sé cómo plasmarla a papel, pero no sabéis cuanto me gustaría poder hacerlo. Puede que sea más decente de lo que escribo actualmente, o puede que sea la prueba definitiva que me haga darme cuenta de que esto no es lo mío. Ya os diré en el caso de que ponga el proyecto en marcha, o en el caso de que por fin lo deje.
Espero que todos bien.

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