domingo, 2 de mayo de 2010

en tu cuarenta y dos


Un día fui de fresa. De fresa, rosa chillón y dulce hasta decir basta, hasta derribar cada diente sano de tu boca.
Era de fresa, pero hasta a mí me sabía bien serlo; siempre de lado a lado, siempre masticada por tí, atendida por tu saliva. Siempre eterna, siempre rosa y siempre en tu boca, rozando tus labios. Y lo mejor es que todas las caries que te causaba, todos los problemas, no importaban nada, porque aun así me tenías ahí, me quitabas el sabor a lametazos. Y vaya lametazos... como los echo de menos hoy.
Sobra decir que hoy no es ese día, que no estoy en tu boca. Que ya no soy tu chicle de fresa. A día de hoy, cambié de vivienda; supongo que sigo junto a tí porque no fui yo la que te causó una adicción,sino tú a mi. Hoy me conformo, vivo donde vivo porque me supone un esfuerzo sobrehumano soltarme de tí, de tu suela.
Pero no te preocupes, me estoy haciendo ya a mi nuevo hogar; al principio, cuando me instalé en la suela de tu talla cuarenta y dos de aquellos zapatos tan desgastados, me sentí muy sola. Cuando me escupiste de tí con desprecio no pude sino agarrarme a tí, fuera donde fuese, porque sabía que solo podría estar en tu boca. Porque tu eras para mi y yo para tí, o almenos eso creía.
No sabes hasta que punto me han desgastado tus suelas desgastadas... no sabes como soy ahora,como he cambiado. Supongo que mirarme, estando donde estoy, no te pilla a mano,¿no? Bueno, de todos modos, prefiero que no me mires, me daría vergüenza; yo, un chicle ya insípido, un chicle deforme, duro y sin vida propia que solo se mueve con el constante vaivén de tus idas y venidas... no, no quiero que me veas así, quiero que me recuerdes como lo que fui. Como tu chicle de fresa, porque ¿sabes? por muchos intentos de separarnos-palos o cuchillos que se interpongan entre esta unión- y por poco sabor que yo tenga, sé que un día me valorarás de nuevo y volveré aser tu chicle de fresa...
Y ese día, me quitarás las lágrimas a lametazos...

1 comentario:

delgaducho dijo...

Seguro que será así, quien probó un chicle de fresa para siempre guarda su recuerdo, aquel del primer mordisco, el que inunda de sabor.
Ánimo.