jueves, 5 de noviembre de 2009

La presión siempre tiene un límite. Siempre hay un punto en el que la arteria explota por donde puede y sangras. Sangras hasta marearte. Quizá tocaba que hoy fuese ese dia, ¿no?
Las razones que no entiendo ni espero comprender nunca, la nota, mi cara de susto, mis ojos incrédulos, mi cara de nuevo... tantas y tantas cosas incomprensibles que realmente la cabeza te da vueltas. Y el día toma ya desde ese momento un matiz gris y pesimista, porque duele tanto esfuerzo, porque no es recompensado, y porque es asquerosamente inmutable esa nota en mi historial. En mates ...psh,ese 5.6 es un milagro,francamente. Pero no en algo de letras,no empezando así segundo,no.
Hoy es de esos malos días que no pueden entrar en otra categoría salvo en la de terribles u horrorosos. Esto no hace más que incentivar el desánimo ante los exámenes de evaluación de la semana que viene. No hace sino lapidarme en una obsesión profunda por estudiar más y más- con los pocos frutos que se puede cosechar,por lo visto- y obligarme a mi misma a verme distinta en el espejo, a sentir que te falta elasticidad y tenacidad. Y es enoormemente deprimente cuando tu nota,tu media, dependen de asignaturas como esta.
En realidad, quizá palabras de ánimo bastan, quizá un simple noesporfaltadeestudio basta.
Al final es simplemente que todos necesitamos que nos quieran un poquito ....pero que nos lo demuestren más de lo que debería ser necesario.

Yo me desangro en estos momentos,por gore que parezca. Asi que cuidad la salud, termina importando más de lo que yo creía...

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