viernes, 15 de enero de 2010

DE UN DÍA PARA OTRO CAMBIA TODO.


La sacudida del tren no le resulta molesta. El niño que irrumpe el sueño de todo el vagón no le irrita. El frío que atraviesa el cristal no impide los trazos cálidos que ella consigue dibujar en él... Nada le quita esa sonrisa de idiota que se le ha quedado encajada en la cara desde que tiene el billete en las manos. Hoy se va, pero es que hoy vuelve. Y aunque dentro de aquel vagón atestado de gente que pelea por milímetros de espacio no se respira salvo aire corrupto,a ella ya le huele a hogar,a Madrid. Sus pies esperan en constante movimiento el frenazo y el pitido que le acompaña, y luego aquel sonido a nave espacial que desprenden las puertas al abrirse. Se muere de ganas de abrazar a cada pasajero mientras se desata ese gran nudo en el andén,mientras se reencuentran con sus seres queridos. Y Mk mirará a lo lejos y verá entre aquella multitud de cabezas la de Amalia-que sobresale por encima del resto, de puntillas- y se le iluminará la cara. Y claro está, no resistirá las ganas de gritarle al mundo que está en casa porque ¡está en casa! Y correrá, como en esas películas de reencuentros amorosos bajo la lluvia. Y se reirán, y puede que Amalia le pregunte por su corte de pelo o su nuevo tatuaje, pero se abrazarán como hacían antes,como niñas pequeñas que se ven al día siguiente.

Mk,derrotada,afloja la sonrisa y también el equipaje,que cae como un lastre en el cemento del andén.La gente se abre paso a empujones. El andén se vacía. Suenan de nuevo las puertas espaciales.El tren se va.Mk en el suelo.Palpa de nuevo el suelo de Madrid y recuerda que no le gusta.Comprende que ella no vendrá.El andén se llena.Otro tren se va. Y Mk descubre que todo cambia de un día para otro...
No sabe si gritar, quedarse o huir de nuevo...
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Y yo tampoco sé si gritar o subirme dirección a la Patagonia,pero en uno de esos que van y no tienen billetes de regreso. ¿Qué os parece como destino?

7 comentarios:

ChicaGuau dijo...

A mí me encanta viajar en tren :)
¡Un beso GRANDE!

Martu dijo...

Creo que a Madrid uno se acostumbra, a su tránsito y vaivén de gente, a su incesante éstress, pero también a observar las bonitas luces de la Gran Vía, o el paseo de Callao a la Plaza Mayor...
Y yo creo que Madrid tiene ese nosequé que, si llega un día en que me marche, echaré de menos.

La Patagonia... Demasiado lejos

La de delante dijo...

Ir y no volver significa dejarlo TODO
¿Merece la pena?

Neverknowsbest dijo...

Joder, qué profundo. Me gustó este post. Yo me iría más lejos que a la Patagonia, a un sitio donde verdad no pueda volver.

En fin, que me gustó tu blog, sobre todo la imagen de tu título, está muy chula.

Mariona dijo...

A mí me gusta perderme en el metro...
o coger el ave que vuela entre Madrid y Barcelona y imaginarme el abrazo al otro lado..

Susurros en el silencio dijo...

Creo que todas las personas nos podemos acostumbrar en cierto modo a todo. A mi Madrid y su metro me encanta! también será porque a cualquier sitio que voy recurro a él y me he acostumbrado.
Bonita entrada! Te sigo, vale? =)

Susurros en el silencio dijo...

Por cierto! yo me iría a Roma, y no me importaría quedarme allí. Besos. =)