domingo, 28 de febrero de 2010

Camino a casa


Tras titubear, consigue cubrir la blancura de la raya, tapando todos los resquicios que le permite su talla treinta y nueve. Inestable,casi pierde el equilibrio,pero consigue mantener el pie en su sitio.
Mueve despacio el pie que mantiene en el aire, el izquierdo, para trasladar el talón de éste junto a la punta del derecho. Cuando ambos parecen estar en el lugar que planeaba,sonríe satisfecha.
-¿Qué cojones?-grita una voz a su espalda entre risas.
-¿Qué...?-responde ella arrastrando las letras.
-¡Vaya pedo llevas!¿Qué andas haciendo en medio de la carretera,loca?
-Camino a casa-responde ella sin más.
-¡Estás tu lista!-se carcajea de nuevo él,ya a su lado.-¿Te llevamos en coche o sigues haciendo el imbécil aqui?
-Camino a casa-repone sin más,adelantando el pie derecho no sin esfuerzo.
Incrédulo, él se encoje de hombros y desaparece,junto con la luz de los faros del coche.
Ella se queda a oscuras,pero de algún modo vislumbra a la perfección la gruesa línea blanca del asfalto. Canturrea, amargamente, tratando de amenizar el trayecto,pero es imposible.
Finalmente, cae al suelo, despeinada y sin fuerzas. Se ríe, quizá por no llorar, mientras toquetea los botones de su chaqueta y se abstrae.
Piensa en ella, en lo bochornoso de esa visión de sí misma. Piensa en él, en su puto mundo, en lo que la rodea...Piensa en todo y le asquea todo.
Y todo lo ingerido-y lo que no- le revuelve las tripas, hasta que lo vomita todo. Aquella droga depresora que circulaba por su sangre ahora se abre hueco por su garganta. Vomita también las lágrimas, que se ha guardado para sí durante tanto tiempo, vomita incluso esos gritos que también se calló.
Descubre que no está ebria de alcohol, sino ebria de soledad, de tristeza. Suda eso por todos sus poros, ha bebido eso en todos sus vasos. Está cansada de esa botella sin fondo,que no acaba; harta de la misma etiqueta, del mismo whisky con hielo, y de ella misma,ya puestos.
Tirada en el suelo, cual colilla pisoteada, se ha prometido a sí misma que lo deja. Se ha cansado de lo tóxica que resulta su vida, de las resacas y del sabor contínuo y permanente de su garganta.
Lo que no comprende ni comprenderá nunca es que sólo ebria puede encontrar el camino a casa...




3 comentarios:

galmar dijo...

Me encanta la frase de camino a casa:) aunque en este caso está impregnada de tristeza:) ojalá encuentre el camino:) feliz semana!

delgaducho dijo...

Solo ebrio con los sentidos embotados es posible el regreso a casa con la lucidez anestesiada para evitar la tentación de elegir otro camino.

Martu dijo...

A veces el camino a casa se hace tan exageradamente largo, y ese nosequé que encima hace que el subidón de la fiesta se cobre su precio...